A veces, solo a veces, me pongo a pensar en la razón por la cual llegó a mi vida. No es que me arrepienta, ni mucho menos, pero es que no encuentro motivo por el cual apareció de improvisto. Pero irse no pudo, al menos de mi cabeza. "El se la pierde", me dijeron. Por momentos intente odiarlo, y no lo logré, pero bastante me acerqué. Empecé a pensar en que no fue nada, pero me di cuenta que no siendo nada a la vez mucho, me ayudo a madurar, no él en si, sino lo que se siente. Superar ese dolor interno, y darme cuenta que es lo que mas quiero, y aunque no lo tenga, no muero por eso. Y aunque a veces sienta que no hay nadie que me entienda, ahi estan ellos, esperando para solucionarte todo con una sonrisa, un chiste malo. Pero funciona, y aprendí que si él es lo mas importante para mi, que no esté, no
significa tanto y si es que vale la pena, no lo sé pero si algun dia es, seré feliz por completo.