Tantas historias he conocido, tantas son las que he vivido, son tantas sonrisas y lágrimas en palabras reprimidas, tantos grandes momentos y cuan duras despedidas.
A lo largo de mi vida siempre he parecido un cero, a pesar de mil caidas siempre me he sido sincero. Como siempre ha habido peros y alguna entrometida, aunque supe entretenerlos para buscar la salida.
Escribir me ha dado un soplo, es una forma de entender, una forma de expresar y aprender a comprender, que la vida trae consigo millones de complementos, el amor, la tristeza y todos esos momentos que disfruto y disfruté junto a todos los que quiero, aquellos que me ayudaron cuando tuve algun enredo, aquellos que me apollaron en lo que hoy en día creo, yo si tengo que vivir lo hare lo mejor que puedo.
No se puede, cuando el corazón no quiere, no quiere despertar y no encontrar todo lo que ya ha vivido, aferrado en el pasado de un corazón descosido.
No se puede, cuando el corazón no quiere, no quiere despertar y no encontrar una razón que le motive, pero siempre me dice, tú simplemente vive.
A veces miro mis fotos recuerdo tiempos pasados, comento a mi corazón que le tenía olvidado, dado que yo no quería, no podía reprimir, los impulsos que tenía, el miedo a no poder reír.
Y así paso, tanta gente y nadie al lado, un palo duro, una putada o simplemente un mal trago. Ahora yo vago entre palabras, versos y demás morfemas, maldiciendo, culpandolos de mis penas. Lo demás, aquí sigo, pensando que sigo vivo, aferrándome en mis temas, contando cada latido, escribiendo pensamientos desde el corazón cautivo,pensando en los que están, y en los que ya se han ido...
Vivo porque muero, y muero lento por dentro, ahogándome de saliva al gritar cada lamento. Lo que siento ya se irá o al menos eso me dicen, verso a verso mis palabras quiero que me cicatricen.
La esperanza que me queda hoy la dejo escrita en folios, saber que esto nunca acaba, mañana habrá otro episodio...
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