Y jugar por jugar sin tener que morir o matar, y vivir al revés que bailar es soñar con los pies. Conviene entrar penúltimo en la meta de la vuelta a la infancia en patinete y fusilar al rey de los poetas con balas de juguete. Por qué no doctorarse en cremalleras como hace la hormiguita por tu espalda e hilvanar con jirones de banderas braguitas rojigualdas. Hacen falta cosquillas para serios, pensar despacio para andar deprisa, dar serenatas en los cementerio muriéndose de risa.
Siempre junto a ti un día tu me dijiste
viernes, 24 de septiembre de 2010
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